lunes, 29 de marzo de 2010

Edurne y su equipo se enfrentan a la clave del Annapurna. Ya están trabajando entre el campo 2 y el 3


La zona más complicada, y sobre todo la zona más peligrosa del Annapurna, es la que transita por debajo de los seracs entre el campo 2 y el 3. El equipo de Al Filo ha pasado 2 noches en el campo 2 y ya están en esta zona, equipando y preparando el camino hacia el campo 3. Joao García se encamina al Pumori para aclimatar, Miss Oh está en la aproximación, y Pauner y Juanito ya han volado a Katmandú

Parece ser que el equipo de Al Filo sigue solo en el Annapurna. Miss Oh se encuentra en la aproximación, y el resto de equipos de camino. Pauner, Pérez, Juanito, Xavi Arias y Tolo están de camino a Nepal, el portugués Joao García antes de acudir al Annapurna quiere aclimatar ascendiendo al Pumori. Es una buena decisión: no hay que olvidar que la zona crítica del Annapurna es la que se encuentra entre los campos 2 y 3, entre los 5.500m y los 6.500m. Compleja, pero sobre todo muy peligrosa debido al alto riesgo de caída de seracs que en ella existe. Es la clave de la montaña.

Esto hace que aclimatar en el mismo Annapurna multiplique el riesgo, ya que como poco hay que ascenderla y descenderla dos veces para conseguir una mínima adaptación para atacar la cumbre. Si uno lleva la aclimatación hecha, es posible que pueda hacer cumbre con un solo paso por la zona. Eso es lo que ha pensado Joao, que está intentado conseguir su decimocuarto ochomil.

Y a esta zona es a la que se enfrenta el equipo de Al Filo. Están trabajando en ella, equipando y tirando cuerda, y les deseamos la máxima suerte. De momento escribe Sergio Alfaro, cámara de televisión que les acompaña y que permanece en el Campo Base, y no hay noticias, salvo que están entre los dos campos, y que parece ser que por lo menos trabajarán allí hasta mañana día 27.

Compás de espera

“Edurne y su equipo se enfrentan hoy a una de las secciones críticas de la ruta. Ayer, Asier confirmaba por radio desde el Campo 2, que hoy trabajarían fijando cuerdas por encima de este punto. Se trata de una zona muy expuesta a la caída de avalanchas de hielo y nieve, procedente de unos seracs (muros de hielo) que cuelgan por encima de la ruta.

Entretanto, el equipo de filmación del programa Al Filo de lo Imposible de TVE pone a prueba su paciencia y su templanza, mientras esperan noticias en el Campo Base. Uno de los cámaras, Sergio Alfaro, aprovecha hoy que Edurne se encuentra en altura, para compartir las sensaciones y pensamientos que cruzan su mente en estos días de tensa espera.

Clink-clank... clink-clank... uno dos, uno dos… abre plano... filma la montaña... ciérrate en un zoom infinito sobre los rostros exhaustos... sobre sus ganas de desafiar a las alturas... clink-clank... los bastones golpean la dura piedra en compás de cuatro por cuatro... como un mantra en bucle sin fin... quizás sirva para calmar los nervios y templar el ánimo... reiterativo Ommm en las puntas de metal... uno dos, uno dos... Los veo desaparecer en el visor de mi cámara... la óptica no da para más... y ellos... ellos terminan fundiéndose con la masa de roca y nieve... Simplemente, se hacen uno.

Mientras recogemos el equipo y nos disponemos a regresar al Campo Base, no dejo de preguntarme de dónde sacan la fuerza y el valor para enfrentarse a una montaña como ésta... Annapurna... cima sagrada allá donde las haya… laberinto de roca y nieve… y descanso eterno de alguno de los grandes que osaron retar a los Dioses que moran en sus alturas.

Clink-clank (curiosa partitura que no deja de resonar dentro de mi cabeza... piano, piano…). Nos quedamos solos por tres días. Toñin, Fernando, Pablo "the Doc" y yo... y el campo base se hace grande… y silencioso. Es entonces cuando los relojes desafían al mismísimo Cronos e inician una marcha caótica… burlona más bien… tic-tac, tic-tac, tac-tic, tac-tic… adelante y hacia atrás... estirándose y contrayéndose sobre sí mismos... como caracola de mar… El secreto es sencillo: no mirar jamás la esfera luminiscente… Aunque he de reconocer que me cuesta horrores no hacerlo, pues me llama con insistencia.

Aprovechamos la ausencia del resto del equipo para realizar las labores más tediosas: limpieza y mantenimiento del material de filmación, visionado de lo que hemos grabado hasta ahora, procesado y envíos de fotos y videos a la tele… De repente, convertimos este rincón del Himalaya en un centro de operaciones, en una amalgama de pantallas y ordenadores, cables y cargadores… clink-clank, jajaja… y de nuevo pienso en ellos, allá arriba… tan lejos… pero a la vez tan cerca. Nos llaman al walkie. Asier, con la voz rota, nos informa de la situación: están cansados, pero animados. Hace frío y el camino se complica a medida que pasan los días y el sol castiga los seracs helados. Van a comer algo, dice, y luego a dormir; mañana queda lo peor.

Nos despedimos de ellos deseándoles el mejor de los descansos. Luego, cada uno de nosotros, en la intimidad de sus propios pensamientos, rezamos para que nada les suceda, para que vuelvan pronto y a salvo a este Campo Base… que quedó tan silencioso… tan falto de vida. Marcho a dormir… La noche nos cubre con su negro manto de terciopelo, roto por un increíble mar de estrellas que alegran nuestros corazones, pues reconocemos en la bóveda celeste muchas de las figuras que vemos desde nuestras casas… Y piensas que, quizás allá... a tantos kilómetros de distancia, algún ser querido esté mirándolas a la vez... y así, nuestras almas quedarán unidas por ese hilo de plata invisible que cruza los cielos, de Este a Oeste... Tic-tac, tic-tac, tac-tac-tic... tac-tic… no pude evitar mirarlo de nuevo... A punto de cruzar el espejo, camino del reino de Morfeo... dedico un último pensamiento a los míos y entreabro la puerta de mi tienda, buscando un leve destello, allá en las alturas… una luz que me diga que todo está bien... que duermen... unos junto a otros... cuidándose entre ellos… Es entonces, sólo entonces, cuando cierro los ojos y me abandono… clink-clank, clink-clank… Que los Dioses les bendigan.

Sergio Alfaro Torres

Cámara TVE”

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